16-2-2011
Hace pocas semanas un grupo de parlamentarios uruguayos visitó Irán negándose a hacer declaración alguna respecto a sus sistemáticas violaciones de los Derechos Humanos Universales. Un país que ejecutó 300 personas en el 2010 y otras 74 solamente en enero de 2011- fuente: Human Rights Watch- ; que entre otras consideraciones, condena a muerte por: “blasfemia”.
Hace apenas tres días, el presidente iraní Mahmud Ahmadinejad celebró la revuelta egipcia en una plaza pública de Teherán. La comparó y observó su similitud a la revuelta iraní en 1979 que dio lugar al gobierno de los Ayatolas. Culpó a Israel y Estados Unidos de todos los males y culminó su arenga de un Medio Oriente libre de los norteamericanos y los sionistas con un grito rimbombante, frenéticamente aplaudido: ¡Muerte a Israel!
Cuando se sublevaron varias ciudades iraníes a favor de la misma revuelta egipcia pero en contra del régimen de su propio país, tildado por los manifestantes de corrupto y dictatorial, el gobierno iraní, de nueva amistad íntima con el nuestro, respondió con una feroz represión con gases lacrimógenos, balas de fogueo y se ocasionaron varios muertos. Ya había ocurrido lo mismo con posterioridad a las últimas elecciones iraníes consideradas fraudulentas por los opositores, generando decenas de muertos y encarcelados.
“Como señaló Ángeles Espinosa, reportera del diario español El País, ‘a diferencia de en Túnez y en Egipto, donde los militares decidieron no disparar contra sus ciudadanos, el monopolio de la fuerza en Irán lo ejerce la Guardia Revolucionaria, los temidos pasdarán, una suerte de Ejército ideológico’ cuya fidelidad al régimen está fuera duda”.- fuente BBC.com-
Ahora se lleva adelante una nueva visita uruguaya a Irán, por un ministro del gabinete y una comitiva oficial.
¿Seguiremos estrechando lazos de amistad, cooperación y bienestar de nuestros pueblos, con este régimen teocrático y despótico?
¿Qué intereses ocultos nos unen a él?